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Análisis de portafolios bajo los efectos económicos de la pandemia

Las condiciones económicas que sufren las economías a causa de la pandemia provocada por el virus SARS-COV-19 han provocado una severa crisis global debido a los factores macroeconómicos y repercusiones externas. Pese a los escenarios económicos actualmente planteados se analiza que los inversionistas pueden tomar mejores decisiones al momento de seleccionar los instrumentos financieros obteniendo un margen de ganancia, con un nivel confiable de pérdida esperado dada las expectativas de pérdida por exposición al riesgo, dado un intervalo de tiempo.

Introducción

En marzo de 2020 el gobierno federal toma medidas precautorias para la contención de la pandemia a causa del virus SARS-COV-19 en México bajo medidas de restricción basada en una modalidad de semáforos en cada entidad condicionada al número de contagios y decesos diarios. Al igual que en muchas otras economías desarrollas y emergentes, México no fue la excepción y las consecuencias económicas devenidas de cerrar temporalmente negocios (en su mayoría micro negocios o pequeñas empresas), sin apoyos gubernamentales o incentivos fiscales, redundaron en la afectación del consumo privado debido a que el desempleo y el cierre parcial de negocios fueron el arranque de un periodo que al corto plazo afectan a la economía. Fueron meses de profundo dolor y desesperación para las poblaciones del mundo, pero, por otra parte, se permitió un descanso al hábitat y ecosistemas del mundo entero que, después de mucho tiempo, lograron tener un poco de descanso para su supervivencia.

Con la mayoría de los comercios cerrados -o semis-cerrados-, la opción para seguir trabajando se realiza mediante el home-office o trabajo desde casa, cuyos frutos han resultado en el cambio de paradigma en muchos trabajos digitales cuyos empleados ahorran más a la empresas cumpliendo su jornada laboral en su domicilio y logrando que los legisladores emitieran nuevas leyes, normas y procedimientos para normalizar esta actividad (por ejemplo, ventas por internet, soporte técnico de instituciones financieras y comerciales a sus clientes, trámites gubernamentales, etcétera, todo, vía telefónica, internet, o apps, entre los principales medios utilizados).

En el ámbito financiero la transmisión de la volatilidad es un fenómeno global que está activo desde la década de los noventa del siglo pasado (Budd, 2017). En un apartado, el incremento de las tasas de interés puede beneficiar a este sector, vía capitales “golondrinos” (inversión extranjera indirecta) sin embargo, afecta negativamente al sector empresarial al padecer las consecuencias de la desinversión. En este rubro, cabe destacar que la inversión fija ha caído 17.82 por ciento, esto es, en 2013 la inversión bruta de capital fijo era del 21.3 por ciento el producto interno bruto.

La cadena de suministros se ha roto debido a la pandemia por COVID. La serie de procesos o actividades que inicia la creación o elaboración de un producto y sigue un curso sobre el cual este producto debido a que en 2020 se retuvo la provocando pérdidas millonarias debido a que la ruptura se gestó por embarcaciones que estuvieron varados por muchos meses en puertos de todas las partes del mundo. El incremento de precios proviene del aumento de la demanda de productos y el encarecimiento por el retraso en las líneas de producción y aumentando los precios de tarifas debido a que no se puede satisfacer la demanda por que ahora surgen cuellos de botella en el comercio. La industria automotriz, eléctrica, de plástico, de autopartes son los principales sectores que se han visto fuertemente afectados por esta problemática global.

Frente a los hechos ya consumados a finalizar el año 2021, cabe plantearse la pregunta sobre la posibilidad -remota, en apariencia, para muchas personas- que tienen las personas comunes de poder ahorrar o invertir en fechas próximas. Para responder a esta pregunta, es preciso realizar un ejercicio de inversión para la toma de decisiones en un portafolio de inversión simple y compararlo con diferentes instrumentos para evaluar las expectativas de corto plazo evaluando igualmente los riesgos latentes dependiendo de cada portafolio evaluado.


1. Planteamiento del problema

En México, el problema de la pandemia comienza a finales de febrero de 2020 cuando el alza de contagios y defunciones comienza a incrementarse exponencialmente bajo un triste y preocupante panorama que surge cuando el gobierno federal, al igual que las demás economías, impone restricciones a los comercios imponiendo cierres debido a la contingencia sanitaria.[1] La recuperación económica no llega sino hasta el año siguiente con la ansiada llegada de las vacunas contra la Covid-19, sin embargo, una de las consecuencias que conlleva el tener estancada la economía durante 2020 son los cuellos de botella que provoca el problema de desabasto y rompimiento de las cadena productivas comentados en la sección anterior.




La figura 1 muestra el comportamiento de algunos indicadores (macro)económicos durante 2021. Destaca el hecho que la inflación repunta seguida de la tasa de inflación con brechas muy separadas. En comparativa, el tipo de cambio peso-dólar y el índice de precios y cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores no se mostraron tan competitivos debido al efecto inflacionario, entre otros desincentivos como las la salida de capitales extranjeros debido a las decisiones de la política gubernamental y, sin embargo, a pesar de que podría pensarse que el mercado mexicano no es atractivo para invertir en activos financieros nacionales, sería importante realizar un ejercicio modelando la relación riesgo-rendimiento portafolios de inversión.


2. Evaluación y riesgo de portafolios de inversión

Un portafolios de inversión es una alternativa que tiene una persona para obtener rendimientos al invertir en instrumentos financieros a cierto plazo[2]. Hoy en día, cualquier persona puede acceder a la mayoría de los instrumentos desde su teléfono inteligente o smartphone, e ingresar a aplicaciones seguras que le permiten invertir sin tener restricciones limitativas con respecto al ingreso que desea destinar a la inversión.[3] La toma de decisiones depende del nivel de riesgo al que el inversionista esté dispuesto a asumir, ya que existen inversionistas agresivos que no tienen muchas restricciones al momento de seleccionar activos riesgosos para su portafolios, los cuales observan alta volatilidad o riesgo (por ejemplo, acciones, tipo de cambio, criptomonedas, etc.); también existen inversionistas moderados, los cuales tienen tolerancia a cierto nivel de riesgo bajo niveles de beneficio aceptables; finalmente, existe otro nivel de inversionistas que son totalmente adversos al riesgo y solamente están dispuestos a invertir solamente en instrumentos seguros (denominados “libres de riesgo”) que generan menores beneficios. La conducta de cada inversionista puede ser el común denominador de la selección de portafolios. En este trabajo analizaremos la relación riesgo-rendimiento de dos portafolios de inversión en donde se asume que ambos pudieron ser elaborados en el año 2021 con una combinación de instrumentos financieros de tal forma que, al evaluar su riesgo y su rendimiento, pueda recrearse un escenario sobre las expectativas presentes y esperadas.


2.1. Las teorías del portafolio de inversión y del Valor en Riesgo

En 1952, Harry Markowitz desarrolló la teoría del portafolio de inversión, cuyos frutos a la fecha siguen produciendo diferentes teorías y evoluciones de aspecto teórico y práctico. El trabajo describe el desarrollo cuantitativo y metodológico sobre la elección del portafolio basada en la mejor combinación de la relación riesgo-rendimiento establecida por medio de su punto óptimo que determina la minimización de la primera y la maximización del segundo, respectivamente (Izadi y Hasan, 2018). Para seleccionar un portafolio que sea óptimo, se deberá resolver como un ejercicio de programación lineal, el cual podemos expresar en forma vectorial (Horasani y fidan, 2007), y se expresa de la siguiente manera:




Para valorar el riesgo de un portafolio es importante considerar el tiempo, el monto de inversión, la volatilidad y el nivel significativo o de confianza (Jorion, 1997, Andrew, 2001). El modelo de Valor en Riesgo (o VaR, Value-at-Risk) propuesto por J. P. Morgan (1996) es una metodología que fue recomendada por el Comité de Basilea para la administración de riesgos financieros y hasta la fecha es objeto de muchos estudios en mercados desarrollados y emergentes para su análisis, evaluación monitoreo y pronóstico (Naimy y Bou (2019). El VaR para un activo individual se determina de acuerdo con la ecuación 7.



Debido a que el modelo VaR tuvo muchas críticas debido a que rompe algunos axiomas de identidad (entre ellos, la subaditividad y falta de convexidad). Uryasev et al. (2002) proponen un nivel de pérdida potencial esperada en donde se asume que CVaR VaR, esto es:


2.2. Análisis de datos y desarrollo de modelos

El periodo que se analiza es del 05 de enero al 17 de enero de 2021 con un total de 1,500 datos (250 por cada una de las seis series financieras analizadas). Se elige el año 2021 por ser este el año que se considera de recuperación por los efectos de la pandemia provocada en 2020. Para la elaboración de los portafolios de inversión, se parte del supuesto de que dos inversionistas mexicanos invierten en diferentes portafolios, el portafolio A compuesto de dos activos monetarios, el bitcoin y la divisa peso mexicano, y una acción mexicana, la cual es América Móvil; el portafolios B está compuesto de un índice bursátil representativo como el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores (IPC), y dos precios internacionales, es decir, el precio del oro y la acción Apple[4]. Para cada portafolio el análisis estadístico es el siguiente:




En el cuadro 1 se muestran dos portafolios de inversión, cada uno con tres diferentes activos. Todos los valores son cotizados en pesos mexicanos. Es evidente que el bitcoin seleccionado por el inversionista A en la relación riesgo-rendimiento (RRR)[5] es el más productivo con un 9.37 por ciento de rentabilidad y, al mismo tiempo, es el activo más riesgoso seguido del precio del oro seleccionado en el portafolio B, cuya productividad fue de 5.41 por ciento. Los activos menos rentables fueron la acción América Móvil y el IPC, con unas rentabilidades cercanas a cero, con 0.02 y 0.11 por ciento, respectivamente. La figura 2 presenta los precios y rendimientos de los activos que conforman cada portafolios. Destacan en los paneles A de cada portafolio la conducta de precios al alza de dos activos para cada caso (bitcoin y América Móvil en A, y el oro e IPC en B), y uno con precio a la baja (divisa peso-USdólar en A y Apple en B). En los paneles B destaca que el Bitcoin es el activo más volátil o riesgoso para el portafolio A y América Móvil es el segundo (ambos como parte del primer portafolios).


Figura 2. Precios y rendimientos de los portafolios de inversión




El cuadro 2 muestra las correlaciones entre los instrumentos de cada portafolio. Las aproximaciones a cero en ambas matrices destacan el bajo nivel de correlaciones entre los activos de cada portafolio, lo cual no necesariamente indica que la diversificación es mala (recordando el viejo adagio financiero que dicta no “poner todos los huevos en una sola canasta”), sin embargo, podría restar oportunidades de obtener mejores rendimientos con bajos niveles de riesgo.





Al realizar la elaboración de los portafolios de inversión ilustrados en la figura 3 es posible observar que el portafolios A pareciera ser el que mejor oportunidad tiene para obtener mejores beneficios, pese a tener dos activos riesgosos y uno de ellos rentable, como el caso del bitcoin y América Móvil como el menos rentable. Debido a que solamente el oro resultó el activo más rentable, el portafolio B resulta menos atractivo (además de no tener punto óptimo de tangencia) .



Finalmente, en el cuadro 3 se muestra el comparativo entre el riesgo y el rendimiento basado en el estudio de cada portafolio. Por ejemplo, ilustremos un caso entre ambos portafolios. Si los inversionistas de ambos portafolios invirtieran en cada uno la cantidad de diez mil pesos el día de hoy, se tiene un 95 por ciento de seguridad de que el portafolios A perdería 1.68 por ciento de pérdida, es decir, $168.00 pesos; la pérdida potencial sería de 2.53 por ciento, o bien $253.00 pesos. en cambio, para el portafolios B la pérdida sería de 3.19 por ciento o $319.00 pesos y potencialmente el escenario de máxima pérdida sería de 6.41 por ciento o $641.00 pesos. Se refleja en los modelos de riesgo aplicado para cada portafolio-VaR que el portafolio A muestra menores nivel de pérdida esperada, por lo cual es un determinante para considerar que este portafolio, en definitiva, obtendrá mejores beneficios con menores niveles de riesgo en comparación con el portafolios B.




3. Conclusiones

En este trabajo se revisaron dos portafolios de inversión con el objetivo de medir sus rentabilidades y riesgos durante el periodo de recuperación pandémica y observar si existen oportunidades de obtener rentabilidad para inversionistas potenciales sin importar el nivel de ingresos. Se puede observar que, a pesar de que las economías globales aún están pasando por momentos difíciles debido a la inflación y la reactivación económica (entre otras variables macroeconómicas y externas), existe un efecto inverso con respecto al mercado bursátil, ya que existe, por el contrario, la oportunidad de invertir en instrumentos financieros de riesgo, lo cual significa que se tiene una de las mejores decisiones para obtener beneficios basados en la rentabilidad al corto y mediano plazo tomando en cuenta siempre los niveles de riesgo que conlleva el seleccionar activos financieros bajo la conducta que se quiera asumir, esto es, adversa, moderada o sin límite a la exposición al riesgo, el cual siempre estará latente en los mercados financieros.


Referencias

- Andrew J., Christian (2001), Métodos de evaluación del riesgo para portafolios de inversión, Banco Central de Chile, Documentos de trabajo, núm. 67.

- Budd, B. (2017), The transmission of international stock market volatilities, J Econ Finan. 42. 155–173.

- El Economista (2021), diario, México, varios ejemplares.

- Horasanli, M., y Fidan, N. (2007). Portfolio selection by using time varying covariance matrices, Journal of Economic and Social Research, 9 (2), 1–22.

- Izadi, S. y Hasan, M. (2018), Portfolio and hedging effectiveness of financial assets of the G7 countries, Eurasian Econ Rev, 8, 183–213.

- J. P. Morgan/ Reuters (1996), “RiskMetrics Technical Document”, 4a ed., New York, E.U.: Morgan Bank.

- Jorion, Philippe (1997), Valor en Riesgo, el Nuevo paradigma para el control de riesgos con derivados, Limusa, México.

- Markowitz, H. (1952). Portfolio selection. The Journal of Finance, 7 (1), 77–91.

- Mirales, J., Mirales, M. y Nogueira, J. (2018), Diversification and the benefits of using returns standardized by range‐based volatility estimators, International journal of finance and economics. 24. 671– 684.

- Rockafellar, R., y Uryasev, S. (2002). Conditional value-at-risk for general loss distributions, Journal of Banking & Finance, 26 (7), 1443–1471.

- Naimy, V. y Bou Zeidan, M. (2019), Forecasting Value at Risk (VaR) for emerging and developed markets. Estudios de economía aplicada. 37 (3) 133– 154.

[1] Las medidas impuestas y la crisis sanitaria que sufren tanto economías desarrolladas como emergentes llevan a replantear nuevas formas de continuar realizando actividades laborales, académicas, sociales, etc. La tecnología es un objeto de dependencia para todos los agentes económicos participantes en la economía. La revolución del home-office basado en las tecnologías de información invade con nuevas formas de comunicación en vivo y el avance, a su vez, se asumen nuevas formas de trabajar ahorrando y mejorando el presupuesto de las empresas. [2] Estos instrumentos se componen, entre otros instrumentos, de acciones, tasas de interés y commodities, que son materias primas como los energéticos (como el petróleo, por ejemplo), los metales (como el oro y la plata), y los productos agrícolas (como el maíz, el trigo, el arroz, etc.). Entre otros instrumentos que ha creado la ingeniería financiera destacan los derivados, como los futuros, los forwards (o contratos adelantados), los swaps (o permutas), TRAC’s (o títulos referenciados a acciones). [3] Existen plataformas en donde se puede invertir a partir de cien pesos mexicanos (aproximadamente cinco dólares americanos). Se recomienda ingresar a la página de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), órgano dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para consultar las plataformas que cuentan con el aval para protección del usuario (o inversionista). [4] La selección de los activos financieros no tiene que ver con su comportamiento en el mercado sino con una variabilidad de activos nacionales e internacionales con cierto nivel de riesgo (probablemente se encuentra en el nivel de un inversionista amante del riesgo). No necesariamente reflejan comportamientos al alza o a la baja durante el tiempo estimado. Se requiere realizar un estudio más profundo utilizando, por mencionar algunos métodos, análisis técnico o fundamental, como parte del análisis bursátil. [5] La relación riesgo rendimiento es el cociente de los promedios entre rendimientos y riesgo e indica la rentabilidad porcentual de cada activo en el periodo de tiempo analizado.


 

Escrito por: Francisco J. Reyes Zárate. Profesor en la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Azcapotzalco. Adscrito al Departamento de Administración

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